Las empresas de transporte frigorífico españolas, fuera de toda duda

Hace unos días camiones e inmigración clandestina volvían a ser noticia tras el fallecimiento de 39 personas en el interior de un semirremolque que viajaba desde el continente europeo hacia Reino Unido.

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La Asociación Española de Empresarios de Transporte Bajo Temperatura Dirigida (ATFRIE) ha defendido el papel de las empresas españolas: la honorabilidad de la flota internacional española está fuera de toda duda. No participan activamente del contrabando de personas, sino de la prosperidad económica de España y alimentaria de los países de destino.”
 
Desde ATFRIE lamentan que las mafias hayan situado al sector del transporte frigorífico como el “cooperador civil necesario” en la inmigración ilegal, y recuerdan que las flotas españolas son las más perjudicadas porque “tienen un posicionamiento de liderazgo en toda la Unión Europea, y son las que más toneladas transportan hacia Reino Unido.”
 
Estricto protocolo
Desde 2012, las autoridades de Reino Unido aplican sobre el sector del transporte el denominado Immigration and Asylum Act Section 32, un férreo protocolo que obliga a las empresas de transporte y a sus conductores a chequear antes y durante el transporte efectivo el conjunto articulado, por dentro y por fuera, por arriba y por abajo, para no ser sospechosos de colaborar con las mafias.
Tanto en recintos portuarios como a la salida inglesa del Eurotunnel, los agentes aduaneros chequean el conjunto articulado y solicitan a los conductores profesionales información sobre el cumplimiento por parte de ellos como de la empresa de transporte del procedimiento legalmente establecido.
En el caso de encontrar inmigrantes, se imponen multas tanto al conductor como a la empresa (400 y  800 libras respectivamente por cada inmigrante encontrado).
La normativa inglesa fija claramente un protocolo de trazabilidad de trayecto recorrido, de duración del mismo y de las últimas tres paradas llevadas a cabo, durante las cuales el conductor debe chequear el vehículo. Hay un manual de procedimiento que las propias autoridades inglesas ponen a disposición de las empresas de transporte para llevarlo a cabo.
 
Presunción de inocencia
Desde el sector lamentan el alto precio que involuntariamente se ha de pagar si un inmigrante supera todo tipo de chequeos y se cuela en el vehículo. Ya que además del lógico rechazo de la mercancía por parte del destinario, no cobra el viaje y tiene que costear el retorno hasta un lugar habilitado para destruir la mercancía.
“Normativa sí, pero presunción de inocencia también, ya que lo que también es intolerable es que se considere al camión frigorífico como cooperador siempre de la inmigración clandestina, formando parte de la propia mafia”, concluyen desde ATFRIE.

  • “No hay empresa española que se dedique a realizar algo más que no sea exportar productos españoles a los destinos que se hayan acopiado de la calidad de los mismos. Por lo tanto, el transporte efectivo es el único fin”
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