Óscar Duarte “5 Estrellas”: Pura pasión por el transporte (1ª Parte)

Han sido muchos los camiones que han dejado huella en el sector del transporte a lo largo de la historia. En este artículo recordamos a algunos de ellos través de uno de los muchos autónomos que ha engrandecido este sector.

Hace más o menos seis años que conozco a Óscar, July y a sus hijos, al principio a través del foro Pegasoesmicamion.com,  luego hemos coincidido tanto en encuentros del foro, como en visitas a museos (Fundación Barreiros) o encuentros del motor: carreras del Jarama, Motor Show Festival de Zaragoza, etc. En resumen hemos compartido mesa, mantel y muchos buenos momentos hablando sobre nuestra afición a los vehículos clásicos industriales.
 
Afincado en la localidad madrileña de Paracuellos del Jarama, Óscar es uno más de los muchos transportistas españoles que luchan diariamente para trabajar con dignidad en un oficio que hoy en día poco o nada tiene que ver con lo que vivieron nuestros padres. El exceso de carga, la falta de sueño, las malas carreteras ya no son los problemas más habituales de nuestro tiempo. Ahora hay luchar para obtener un jornal digno y no tener que poner dinero de nuestro bolsillo o plantearse si es mejor tener el camión parado. “Así seguro que no gano, pero tampoco voy a gastar (ruedas, combustible, seguros, mantenimiento…)”, un difícil dilema al que se enfrentan muchos transportistas autónomos.
 
Cuando conocí a Óscar ya tenía guardado un Pegaso Cabezón, pero poco sabía de cómo había comenzado esa afición al mundillo de los clásicos. Poco a poco me la ha ido desvelando.
Desde muy pequeño, cuando apenas había comenzado a hablar, Óscar ya jugaba a reconocer las marcas de los coches y repetirlas en voz alta cuando las veía por la calle. Es curioso, pero en la más temprana edad ya dejamos ver algunas de nuestras futuras aficiones. Poder identificar la marca y modelo de un coche por su sonido era un juego que muchos niños, al igual que Óscar, practicábamos aunque lo teníamos fácil porque todas las marcas tenían un estilo “personal”, hasta los camiones, pero ahora todos suenan igual y si no ves el nombre de la marca en una carrocería casi somos incapaces de identificarlo.
 
APUNTANDO  MANERAS
Óscar Duarte nos relata en primera persona nació y evolucionó su pasión por los gigantes de la carretera desde su más tierna infancia:  
“En 1974 mi padre se compró su primer coche (yo tenía siete años) un flamante Seat 127 L, de dos puertas color mostaza. Cuando llegó a casa y se lo enseñó a los vecinos (típico en la época), mi primera frase fue: ‘¿Papa, cuándo me vas a dejar conducirlo?’. Él me dijo que el fin de semana y cumplió con su promesa. Nos fuimos de “domingueros” a Paracuellos de Jarama (donde ahora vivo) al merendero del Canario y sentado en sus rodillas nos dejó conducirlo a mis hermanos y a mí.
Según fue pasando el tiempo nos llevaba al famoso Autocine de Barajas a conducir (ya solos). Mientras que a mi hermana le daban clases de montar a caballo, nosotros nos lo pasábamos pipa con el 127. Cuando tenía 15 años destinaron a mi padre a la Nissan de Barcelona y dejó el coche en Madrid, yo rebusqué en casa hasta que encontré las llaves del 127 y me fui a dar una vuelta, pero mi madre me pilló. Entonces mi padre se llevo el coche al garaje de mi tío Miguel y no lo pude coger más.
Pero mi verdadera vocación de CAMIONERO se despertó cuando me fui voluntario a la “mili”, con 16 años y medio, al Cuartel de Automovilismo de San Cristóbal. Siempre me habían dicho que en la mili nunca hay que ofrecerse voluntario para nada, pero en 1986 el loco de Sadam Hussein declaró la guerra al mundo y el capitán llegó a la compañía buscando a personas que supiesen conducir un camión. Por supuesto fue el primero voluntario. El capitán dudó de mi capacidad porque sólo tenía 17 años pero le pedí que me dejasen demostrar mis cualidades al volante.
Nos bajaron al campo de fútbol a examinarnos, nos sentaron al volante de camiones Pegaso Comet (para meter la sexta me tenía que levantar del asiento) y Avia 5000, que finalmente fue el vehículo que me asignaron. Me tuvieron que hacer un Carnet Militar Especial (por la edad) y a los pocos días ya estaba haciendo un montón de kilómetros de polvorín en polvorín a por armamento para llevarlo a la base de Rota. Como anécdota curiosa, cuando llegamos al polvorín de Medina del Campo, que está dentro de un túnel y hay que ir casi dos kilómetros marcha atrás, se pensaban que no iba a ser capaz, pero ante la expectación de todos, demostré que es la maniobra que más me gusta.
 
PRIMEROS TIEMPOS
Después de licenciarme sólo me convalidaron el carnet de coche (por la edad), pero me dio igual, me puse a trabajar de mozo de almacén y cargando y descargando camiones. Muchas veces los camioneros venían cansados del viaje y hasta que les tocaba entrar en el muelle se echaban a dormir. Yo con tal de coger un camión me ofrecía voluntario para acularlo en el muelle. Pronto se fue corriendo y muchos de ellos me elegían para colocar sus vehículos en el muelle. Después de un año en la empresa, me saqué el carnet de camión a la primera, le comenté al jefe que quería un vehículo para repartir y él me dijo que me compraba un camión nuevo si yo me aprendía las 14 rutas de la empresa. Tal era mi ilusión que a los cinco o seis meses ya me las sabia, cumplió su palabra y me compró un Pegaso Sava 515, precioso, con el empecé la ruta a MercaCórdoba y MercaSevilla, disfrutando como un enano. Estuve en la empresa hasta el 1989, cuando me saqué el carnet de tráiler que era los que realmente me gustaba.
Con este permiso de conducir, que también me saqué a la primera, empecé a trabajar en una empresa de Madrid llamada Grandes Tonelajes, moviendo la mercancía que traían los trenes. En esta compañía cogí la primera tractora Pegaso, un 2080 con cambio de Fuller de martillo, y un Bocanegra, pero a mí me gustaba más la carretera, y a los seis meses me fui a la ruta con una empresa del Pozo de Guadalajara llamada Salvador Baldominos. El primer camión que conduje en ella fue un Tecno 360 que andaba como un demonio, no le podía meter la 8ª larga porque se ponía a 110 km/h. Después llevé un TRONER 360 con el que tuve la desgracia de sufrir un accidente el 1 de enero de 1990 a las 23:10 en La Almunia de doña Godina. Volqué el camión para evitar un choque frontal, el TRONER se pudo reparar, pero el remolque quedó siniestro total. Tras 21 días de baja, el jefe  me despidió.
Después me fui a trabajar a Madrid con las bañeras, con Francisco Tello Extremera, en esta empresa conduje dos Barreiros con motor de 350 CV y después un Pony 290.
 
AUTÓNOMO: 5 ESTRELLAS
Me hice autónomo en 1992. En  la segunda quincena de julio me fui de vacaciones con mi novia de entonces a Holanda a comprar camión (era la moda), pero al final la operación no cuajó y a la vuelta me compré un Barreiros Dodge C 38T de 350 cv con cambio Fuller de H Invertida, que había pertenecido a Frigoríficos del Sur. ¡Cómo andaba!
El Barreiros fue mi primer camión como autónomo, aunque no me duro mucho: se le agarró una camisa y lo tuve que cambiar. Me dieron 350.000 pesetas. Posteriormente adquirí un Renault DR 365 por 1.200.000 pesetas, lo compré en San Martin de la Vega (aunque era de Tomelloso) de segunda mano con 5 años, procedente de una subasta. A este camión le cogí cariño porque cuando llevaba poco tiempo con él me dieron un golpazo mientras estaba parado en un atasco en la M-30 y el seguro me lo quería dar siniestro total. Pacté con ellos que yo me buscaba una cabina barata y me lo arreglaban (por eso primero tiene cabina baja y luego la TURBOLINER). A partir de entonces todo empezó a salir bien…”
 
Continuará… Leer 2ª Parte
 
Texto y fotos:
Óscar Duarte y Gonzalo Garós.

  • Poder identificar la marca y modelo de un coche por su sonido era un juego que muchos niños, al igual que Óscar, practicábamos aunque lo teníamos fácil porque todas las marcas tenían un estilo personal, hasta los camiones.
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  • “Mi verdadera vocación de camionero se despertó cuando me fui voluntario a la “mili”, con 16 años y medio, al Cuartel de Automovilismo de San Cristóbal.”
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  • “Me hice autónomo en 1992 y me compré un Barreiros Dodge C 38T de 350 cv con cambio Fuller de H Invertida, que había pertenecido a Frigoríficos del Sur. ¡Cómo andaba!”
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