Desde FETRANSA señalan que la aplicación de planes de movilidad es positiva porque ayudan a regular los procesos de transporte en las grandes ciudades, pero advierten que pueden acabar generando un conflicto.
El problema se produce cuando grandes ciudades, como Madrid, Barcelona o Valencia, impulsan planes de movilidad fijando diferentes requisitos técnicos de los vehículos que pueden acceder a determinados lugares. “El transportista que realiza servicios en todo el territorio nacional corre el riesgo de poder tener homologado su vehículo para una ciudad y no poder acceder a otra”, alertan desde esta federación.
La falsa de consenso entre ayuntamientos a la hora de definir estos planes supondrá “un gravísimo problema y un futuro a corto plazo desolador”, a lo que hay que sumar “la carencia de ayudas” para renovar las flotas.