En la jornada del sábado, el húngaro Norbert Kiss se impuso en la primera carrera con la misma autoridad que ha mostrado durante toda la temporada —19 victorias en 32 carreras—. En la segunda manga, el británico John Newell se subió a lo más alto del podio, firmando una de las sorpresas del fin de semana.
Para Antonio Albacete, sin embargo, la jornada no resultó tan positiva: finalizó cuarto en la primera carrera y tuvo que retirarse en la segunda mientras luchaba por alcanzar la segunda posición tras un intenso duelo en la parte delantera del grupo.
Domingo de redención y victoria
Tal y como ocurrió en 2024, el domingo el piloto madrileño volvió a sonreír en su circuito talismán. Su equipo trabajó toda la noche del sábado para reparar el eje que le obligó a retirarse y consiguió que fuese su camión fuese plenamente competitivo. Tras finalizar octavo en la tercera carrera —una vez más dominada por el siete veces campeón de Europa, Norbert Kiss—, Albacete afrontó la última manga del Gran Premio de España desde la primera posición de la parrilla.
El español defendió con firmeza su posición ante el ataque inicial de Mark Taylor en la curva al final de la recta principal. Una vez asegurado el liderato, impuso un ritmo sólido y constante que le permitió abrir distancia y cruzar la meta con una victoria plácida y muy celebrada.
Con este triunfo, Antonio Albacete consiguió su segunda victoria de la temporada y la número 109 desde que comenzó su trayectoria en el Campeonato Europeo de Camiones (2006). Una cifra que consolida su estatus como una auténtica leyenda de las carreras de camiones y un referente indiscutible para el automovilismo español.