CAFE y multas para complicar el mercado

Semiconductores, escasez de materias primas, pandemia, inflación y ahora, emisiones. Estos son los argumentos con los que confeccionamos la novela (de ciencia ficción) en la que vive el sector de la automoción desde hace ya más de cinco años.

En 2019, se aprobó un reglamento europeo denominado CAFE (Corporate Average Fuel Economy), en el que se marca un plan para la reducción de las emisiones de los turismos y comerciales ligeros (furgonetas y chasis cabinas de hasta 3.500 kg de MMTA) que se matriculen en la Unión Europea a partir de 2025. Hay que recordar que hace un año la Comisión Europea llegó a un acuerdo para retrasar la entrada en vigor de otro hito importante, el nivel Euro 7 de los motores (hasta 2027), pero es posible que CAFE impacte de una forma más relevante en el mercado de vehículos comerciales.

Reducción de las emisiones de comerciales ligeros: -17% en 2025

El Reglamento CAFE plantea descarbonizar gradualmente la flota estableciendo objetivos de CO2 específicos a los fabricantes en función de la masa media de los vehículos que matriculan, tomando como referencia los datos del año 2021. En 2025, la reducción será del 15% tanto para los turismos como para los vehículos industriales ligeros, mientras que para 2030 aumentará al 55% y al 50%, respectivamente.

A partir del día 1 de enero de 2025 las emisiones medias de los turismos nuevos deberán ser inferiores a los 93,6 g/km, frente a los 116 g/km de 2024, lo que supone una reducción del 19%. En el caso de los vehículos comerciales ligeros de hasta 3,5 toneladas, los objetivos se reducirán de 185 a 154 g/km, lo que supone una reducción del 17%.

Esto supone que todos los fabricantes de furgonetas y vehículos industriales ligeros que matriculen unidades que superen esos 154 g/km de emisiones de CO2, deberán pagar 95 euros por coche y gramo de más.

La normativa CAFE forzará al mercado del vehículo comercial a modernizarse con rapidez, cuando probablemente aún no está en un punto de madurez adecuado
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La industria de la automoción cambiará

Es evidente que CAFE va a redefinir el modelo de la industria de la automoción como la conocemos. Esta regulación obligará a los fabricantes de vehículos a redimensionar su producción (reducción drástica), y a aumentar la oferta de modelos eléctricos, híbridos y alimentados por hidrógeno, lo que supondrá un cambio en el diseño de las flotas y en la infraestructura necesaria para operar estos vehículos.

El mercado está afectado por muchos factores, pero se regula siempre en función de la oferta y la demanda. Esto supone que, si las nuevas tecnologías de propulsión impuestas no se venden al ritmo deseado por la falta de mercado, la demanda no se ajustará a la oferta y será la oferta la que se ajuste a la demanda.

La reducción de oferta no será el único motivo porque el que se producirá un aumento de precios de venta de vehículos. La adaptación tecnológica a las exigencias CAFE ha supuesto también una rápida inversión multimillonaria en innovación y desarrollo de nuevas tecnologías de producción que los fabricantes necesitan amortizar en el corto plazo.

¿Quién va a vender vehículos de combustión si cada uno lleva miles de euros en perdidas / multas? Si nosotros fuéramos fabricantes intentaríamos también recortar la producción de los vehículos de combustión para evitar sanciones mil millonarias. Posiblemente, ni los vehículos híbridos sean viables y CAFE suponga un salto directo a la electrificación o al uso del hidrógeno.

Las multas por no cumplir con las metas podrían afectar especialmente a fabricantes de vehículos comerciales pesados, con menor margen para alcanzar objetivos debido a su mayor consumo energético. Esto puede impulsar alianzas estratégicas para compartir tecnologías y reducir emisiones, pero provocará otros daños colaterales.

Hay que tener muy presente que el gasóleo subirá, y que el incremento del protagonismo de las nuevas tecnologías supondrá que la oferta de vehículos comerciales de combustión sea más reducida y tenga precios más elevados
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Una modernización forzosa

En conclusión, la normativa CAFE forzará al mercado del vehículo comercial a modernizarse con rapidez, cuando probablemente aún no está en un punto de madurez adecuado. Nadie niega que los cambios legislativos pueden generar oportunidades, pero también generan retos económicos y logísticos que pueden superar la realidad prevista. Aquello que se planteó en 2021 como un reto, a lo mejor ahora se puede decir que podría necesitar una revisión.

Si tienes que renovar tu flota o cambiar de vehículo, hay que tener muy presente que el gasóleo subirá (la administración quiere equiparar los impuestos del diésel a los de la gasolina), y que el incremento del protagonismo de las nuevas tecnologías supondrá que la oferta de vehículos comerciales de combustión sea más reducida y tenga precios más elevados.

 

Salvador Núñez Bustos
Secretario Técnico ASCATRAVI
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