La organización prevé que la situación empore y se pase del 10% al 14% a finales de este año. En nuestro país, el porcentaje de puestos de conductor de camión sin cubrir osciló el año pasado entre las 18.000 y las 20.000, aproximadamente un 8% del total de ofertas para estos puestos quedó vacante. Todo parece indicar que el problema se acentuará en la próxima década porque que el 72 % de los profesionales en activo supera los 50 años.
Las cifras de España son similares a las de Francia, ligeramente inferiores a las de Alemania, Italia o el Reino Unido y, a la vez, se colocan claramente por debajo de las de los países del este del Viejo Continente.
El incremento de los sueldos no es la solución
Además, el informe de la IRU apunta que, aunque se han producido incrementos en los salarios de los chóferes de camión en Europa, la escasez seguirá creciendo. En concreto, la organización estima que este año el número de puestos de conductor de camión sin cubrir se incrementará un 40% anual tras haber crecido otro 41% el año pasado con respecto a 2020.
Entre las causas de esta situación, las empresas estiman que se debe fundamentalmente a tres factores: la falta de chóferes con experiencia y los conocimientos necesarios, la incapacidad del sector para atraer a los jóvenes y la pobre imagen social que proyecta esta profesión.
En paralelo, para los transportistas, las posibles soluciones para intentar atraer a más profesionales pasan por mejorar las condiciones de trabajo de los chóferes, facilitar el acceso a formación y reforzar la imagen pública del sector.
Una mejora histórica
Desde el pasado 2 de septiembre, todos los conductores de vehículos de transporte de mercancías con una masa máxima autorizada (MMA) superior a 7,5 toneladas, ya sean asalariados, autónomos o pertenezcan a una empresa extranjera que opere en España, tienen prohibidas las tareas de carga y descarga, tanto de las mercancías transportadas como de sus soportes (envases, palés, contenedores o jaulas) en todo el territorio español, con algunas excepciones para algunas especialidades de transporte, por las propias características del mismo o por el tipo de destinatario de las mercancías. El hecho de que el conductor nunca pueda realizar estas operaciones -excepto en las excepciones contempladas-, ni siquiera aunque exista un pacto entre cargador y transportista efectivo, permitirá acabar con una de las lacras históricas del sector, e incrementarán el atractivo de la profesión de conductor.
Muchos obstáculos para incorporar chóferes extranjeros
Para facilitar la incorporación al mercado laboral español de ciudadanos extranjeros, el Hace unas semanas, el Gobierno aprobó en Consejo de Ministros un Real Decreto por el que se modifica el Reglamento de la Ley Orgánica sobre derechos y libertades de los extranjeros en España.
El objetivo de esta regulación es facilitar a los empresarios la contratación de extranjeros en sus países de origen y abrir nuevas vías para que los inmigrantes que ya vivan en nuestro país puedan regularizarse y trabajar, tratando de paliar de este modo la falta de mano de obra existente en sectores clave para la economía, como son el transporte y la logística, la construcción, la hostelería y el sector de la digitalización, que en su conjunto presentan más de 109.000 ofertas de trabajo sin cubrir.
Sin embargo, FENADISMER considera que la reforma del Reglamento de Extranjería recién aprobada no será suficiente para resolver el problema de la escasez de conductores en España, “porque existen numerosas trabas burocráticas que impiden que la incorporación sea sencilla, aunque obtengan el permiso para trabajar en España”.
Según sus estimaciones, el tiempo necesario para poder capacitar a un conductor profesional extranjero en España puede superar el año.
