La primera versión de la Sprinter de Mercesdes-Benz, que tomaba el relevo de la T1, contaba frenos de disco en las ruedas delanteras y traseras, ABS, una aerodinámica más cuidada, entre otras muchas innovaciones. Estableció estándares con respecto a la seguridad, la eficiencia y la comodidad y se anticipaba a los desafíos logísticos que aparecieron posteriormente.
Desde 1995 no ha dejado de incorporar mejoras que le han permitido mantener su posición de privilegio en el mercado europeo. En 2006 llegaron nueva gama de motores y una nueva transmisión de 6 velocidades para variantes diesel. Además se aumentó las dimensiones de la puerta lateral corredera, y se inició la comercialización de una cuarta longitud y el techo elevado.
Posteriormente, en 2013, se incrementó su eficiencia con un paquete de eficiencia con bomba de asistencia de dirección ECO, la función de arranque / parada ECO y una relación larga del eje trasero. Y se convirtió en la primera furgoneta en cumplir con el estándar de emisiones de escape Euro VI. También se inició la comercialización de la transmisión automática de 7 velocidades 7G-TRONIC PLUS.
En 2018 se presentaba la tercera generación que combina unos niveles de confort y seguridad propios del segmento de los turismos con una decidida apuesta por la conectividad (servicios Mercedes PRO connect y sistema multimedia MBUX). Los profesionales españoles otorgaron le otorgaron el premio ‘Vehículo Industrial Ligero del Año 2019’.
Hace tan solo unos meses, Mercedes-Benz lanzaba al mercado la versión 100% eléctrica, eSprinter, con una autonomía de 168 kilómetros y una carga útil máxima de 891 kilogramos.
La Sprinter de Mercedes-Benz cumple 25 años
La mayor de la familia de vehículos comerciales del fabricante alemán llegó al mercado en 1995 y un cuarto de siglo después se mantiene como un referente en su segmento.
