El RACE analiza el control inteligente de la velocidad

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El Real Automóvil Club de España (RACE) ha analizado el funcionamiento en carretera de los sistemas de Control Inteligente de Velocidad (CIV) de tres vehículos diferentes (BMW, Mercedes y Nissan), constatando su utilidad como sistema de ayuda a la conducción, identificando sus limitaciones y ofreciendo consejos de utilización a los conductores. Desde hace relativamente poco tiempo, las marcas de automóviles ofrecen en algunos de sus modelos, y generalmente como equipo opcional, los primeros ejemplos de los denominados “sistemas de ayuda a la conducción”, que analizan continuamente y en tiempo real los alrededores del vehículo.

El RACE, en colaboración con el Club de Automovilistas Alemán ADAC, y junto con otras seis asociaciones europeas, han analizado tres sistemas ya disponibles en otros tantos modelos de vehículos. Aunque este estudio no constituya un exhaustivo análisis comparativo, sí que permite extraer interesantes conclusiones sobre el funcionamiento del control automático de la velocidad. Estas pruebas han demostrado que estos sistemas “inteligentes” representan un considerable avance respecto a los controles de velocidad tradicionales, que no son capaces de ajustar la marcha para mantener la distancia de seguridad deseada. Por otro lado, los CIV tampoco aumentan el consumo de combustible cuando la velocidad “objetivo” se sincroniza con la del tráfico circulante. Además, se ha observado que tanto la velocidad deseada como la distancia de seguridad se mantienen satisfactoriamente en condiciones de circulación normales. Así, puede concluirse que el control inteligente de la velocidad constituye un equipamiento extra de utilidad en la conducción.

Las pruebas en carretera han servido para constatar las circunstancias de conducción en las que el sistema no ofrece ventajas y aquellas en las que no debe ser utilizado. El RACE considera que es necesario leer detenidamente el manual de conducción y de utilización del vehículo, prestando especial atención a cualquier advertencia o aviso, aprendiendo su funcionamiento en condiciones de uso seguro. Con el sistema CIV es imprescindible seguir manteniendo la atención sobre la conducción y estar preparado para actuar sobre los mandos del vehículo en cualquier momento. El CIV no debe ser utilizado con niebla, lluvia intensa o superficies deslizantes. Asimismo, el RACE sugiere que en las futuras evoluciones del CIV se desarrolle el funcionamiento de estos sistemas también a bajas velocidades, que tengan capacidad para detener el vehículo y pueda reemprender la marcha de forma autónoma.

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