Tres individuos que simulaban ser transportistas han sido detenidos por estar implicados en al menos cinco delitos de estafa relacionados con el transporte de mercancías de alto valor, cuyo montante asciende a cerca de medio millón de euros. Según ha informado la Comandancia de Guadalajara, la investigación, bautizada como operación Kurume, comenzó en septiembre de 2024 tras detectarse dos estafas en empresas de logística de la provincia.
La operación culminó hace una semanas con las detenciones en Betxí (Castellón) y Godelleta (Valencia). En esta última localidad residía el presunto cabecilla del entramado, cuyo domicilio fue registrado junto al de otro de los implicados. En los registros se incautaron documentación relevante, material robado y 11.700 euros en efectivo. También tres semirremolques y una cabeza tractora que el grupo utilizaba para cometer las estafas y ocultar la mercancía.
La operación continúa abierta y no se descartan nuevas detenciones ni la vinculación del grupo con otros delitos en el sector del transporte
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Un problema creciente
Los autores se hacían pasar por transportistas de compañías reales y conseguían contratar envíos internacionales. Sin embargo, una vez cargada la mercancía, nunca llegaba a su destino: los falsos transportistas desaparecían quedándose con todo el material.
Para evitar ser identificados, el grupo utilizaba matrículas falsas y documentación falsificada de vehículos y empresas, lo que dificultó las pesquisas. No obstante, la Guardia Civil logró vincularlos con hechos similares ocurridos en. Madrid, Toledo y Barcelona, donde también sustrajeron mercancía por un valor próximo al medio millón de euros.
Durante los últimos meses las asociaciones de transportistas habían mostrado su preocupación por la existencia de estas prácticas fraudulentas en la contratación de servicios de transporte de mercancía. Y recientemente el CNTC anunció la creación de un. Grupo de Trabajo «para buscar soluciones efectivas que mejoren la comunicación y la seguridad sin incrementar la carga administrativa».
¿Qué castigo podrían recibir los falsos transportistas detenidos?
Los tres detenidos en la operación. Kurume no solo están acusados de estafa, sino también de falsedad documental, al utilizar matrículas y papeles falsificados para hacerse pasar por transportistas reales. Según el Código Penal español, este tipo de estafas se consideran agravadas, porque la cuantía supera los 50.000 euros y además se cometieron de forma organizada. En estos casos, la ley contempla penas de entre. 4 y 8 años de prisión, que podrían aumentar si el valor total de lo sustraído, como ocurre aquí (cerca de medio millón de euros), es especialmente elevado.
A ello habría que sumar el delito de falsedad documental, castigado con 3 a 6 años de cárcel y multas económicas. Además, si el juez entiende que formaban parte de un grupo criminal estable, se añadiría otra pena de 2 a 4 años de prisión.
En la práctica, si son declarados culpables de todos los delitos y se aplican los agravantes, los estafadores podrían enfrentarse a condenas acumuladas de más de 10 años de cárcel, además de importantes multas e inhabilitación para trabajar en el sector del transporte. En todo caso, la cifra exacta dependerá del desarrollo del proceso judicial y de si aparecen más víctimas o hechos delictivos vinculados a esta red.