ACEA ha emitido un comunicado en el que refleja, por un lado, una preocupación de la industria automotriz europea sobre la viabilidad de cumplir con los objetivos de incorporar porcentajes crecientes de vehículos cero emisiones en el mercado de la UE cuando se aprecia que es un mercado que aún no está preparado para una transición tan abrupta; y por otro lado, se presenta como una estrategia para trasladar parte de la responsabilidad del cumplimiento de los objetivos que la UE ha puesto a gravitar sobre ellos, bajo amenaza de grandes sanciones económicas, a los operadores de flotas, sus clientes, mediante medidas indirectas (como los peajes o incentivar la presión de las empresas cargadoras para exigirle a sus proveedores de transporte que cambien a esta clase de vehículos cero emisiones).
«La intención de generar artificialmente un «mercado garantizado» para vehículos de cero emisiones es, desde nuestro punto de vista, incomprensible en una economía capitalista de libre mercado como se supone que es la que rige en la UE», explica Ramón Valdivia, vicepresidente ejecutivo de ASTIC y miembro del Comité Ejecutivo de Presidencia de la Organización Internacional del Transporte por Carretera (IRU).
«La intención de generar artificialmente un «mercado garantizado» para vehículos de cero emisiones es, desde nuestro punto de vista, incomprensible»
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Desde ASTIC consideran que la propuesta de ACEA exhibe ciertos problemas. Lamentan la falta de dialogo con los operadores de flotas y la imposición de costes adicionales sin complementar la medida con incentivos, infraestructura y apoyo financiero puede generar efectos colaterales adversos.
Los transportistas insisten en que la transición hacia un transporte sostenible requiere un paquete integrado de políticas que abarque desde la innovación y el desarrollo tecnológico hasta el fortalecimiento de la demanda a través de incentivos y mejoras en la infraestructura.
Aunque el comunicado de ACEA expone un dilema real en la intersección entre la ambición regulatoria intervencionista y las condiciones de mercado, la propuesta de presionar a las flotas debe ser evaluada con cautela y en un contexto de diálogo amplio. «Una transición exitosa requerirá medidas complementarias y coordinadas que no solo impulsen la oferta de vehículos cero emisiones, sino que también faciliten y apoyen la demanda, garantizando así que el proceso hacia la neutralidad en emisiones de CO2 sea tanto ambientalmente eficaz como económicamente sostenible para todos los actores involucrados», concluyen desde ASTIC..