Cómo y cuándo afrontar la electrificación de la flota

Cada vez hay más empresas que optan por la electrificación de su flota, total o parcialmente. Es de esperar, puesto que este es un buen momento para adoptar vehículos eléctricos: tanto la normativa respecto a las emisiones de gases contaminantes como las ayudas al EV que ofrece la administración, suponen un incentivo.

Pero éstas no son las únicas razones. La introducción de vehículos eléctricos en las flotas supone un ahorro: según un estudio de Webfleet, las empresas con EV ahorran de media 5.665 litros de combustible por vehículo al año, lo que supone 3.599 euros en costes por vehículo y año.

En el caso de los eTrucks o camiones eléctricos, su adopción continúa de forma lenta pero sin pausa. Según un informe de la consultora alemana BCG, el coste de cargar las baterías de un camión eléctrico sería un 20% menor que el que supone llenar un depósito de combustible. También son menores los costes de mantenimiento y de funcionamiento.

Cómo comenzar con la electrificación de la flota

Sin embargo, antes de tomar la decisión es necesario analizar cuándo y cómo. Hay que tener en cuenta que la transición hacia una flota eléctrica puede ser un cambio importante para cualquier empresa. Por tanto, se deberá planificar cuidadosamente para estar seguro de satisfacer las necesidades del negocio, optimizar el ahorro de costes y minimizar las interrupciones.

Esto incluye revisar el mix actual de vehículos de los que dispone una organización, descubrir cuáles podrían sustituirse por modelos eléctricos y qué tipo de EV serían los más adecuados, la inversión que se necesitaría, la infraestructura de carga, los ahorros que podría suponer, la planificación a la hora de adquirir los vehículos, de formar a los conductores, etc.

Para adaptarse rápida y eficientemente a los EVs, las empresas deben integrar los tiempos de recarga en sus flujos de trabajo, evaluar sus necesidades de infraestructura y anticiparse al futuro. Muchas preguntas que requieren respuesta antes de emprender la transición energética.

Iniciar este proceso puede ser un quebradero de cabeza, pero la tecnología telemática puede ser de gran ayuda en todo momento y durante todo su ciclo de vida, desde la decisión de qué vehículos pueden ser sustituidos por modelos eléctricos, a su gestión diaria o a la estrategia de recarga.

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