Este ambicioso plan que contempla implantar medidas como el cese de las ventas de vehículos con motor de combustión e híbridos en 2035. Además, ante la creciente proliferación de zonas de bajas emisiones de CO2, es necesario que las empresas con flotas de vehículos se adapten y se replanteen su política de movilidad cuanto antes.
Empezar a mejorar su huella medioambiental
¿Es posible un transporte más sostenible? Webfleet, la solución de gestión de flotas de Bridgestone, así lo constata y ha ofrecido una serie de medidas sencillas que pueden poner en práctica las empresas con flotas para empezar a mejorar su huella medioambiental.
– Capacitar a los conductores para que adopten hábitos más seguros y eficientes en el consumo de combustible, con información activa sobre comportamientos como el exceso de ralentí, excesos de velocidad, conducción brusca, frenazos, etc. Monitorizar el estilo de conducción y fomentar una conducción más ecológica puede reducir en un porcentaje muy alto las emisiones de CO2, hasta un 25%. Y no sólo eso, también mejora la seguridad vial y ahorra costes de combustible.
– Mejor planificación y optimización rutas. Por un lado, encontrando las rutas más ecológicas y con información de tráfico en tiempo real para evitar atascos. Por otro, optimizando las secuencias de entregas, por ejemplo, buscando al conductor más cercano a un nuevo pedido. Esto ayuda a planificar de forma más inteligente, reducir el kilometraje y las emisiones.
– Neumáticos con la presión adecuada. La salud del neumático desempeña un papel importante en el ahorro de combustible, y, por tanto, para las emisiones de CO2. Un descenso del 20% en la presión de inflado de los neumáticos se traduce en un aumento del 2,5% en el gasto de combustible. Mantener los neumáticos con la presión adecuada puede mejorar la productividad y reducir tanto el combustible como las emisiones. Asimismo, elegir el neumático adecuado según el vehículo y el tipo de rutas que sigue, también es importante para lograr un transporte más sostenible. Lo mismo para vehículos eléctricos, que necesitan un neumático diferente que se adapte a su uso.
– Mantenimiento preventivo. Un vehículo en condiciones de circular aporta mayor eficiencia y emite menos gases contaminantes, por lo que realizar mantenimientos periódicos para garantizar que los vehículos están en buen estado es fundamental.
– Invertir en combustibles alternativos y en vehículos eléctricos. Según un estudio que realizó Webfleet, las empresas con EVs ahorran 15 toneladas de CO2 por vehículo al año. Y el 61% de los vehículos comerciales en Europa podrían ser reemplazados por una alternativa eléctrica.
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