La Logística y el Transporte viven momentos de película, hemos pasado de estar en el lado oscuro de la fuerza, a ser una fuerza esencial. El efecto de la pandemia del COVID-19 que tanto daño ha hecho y la actual situación política a nivel mundial ha puesto a la logística en un lugar más que merecido para un sector que hasta el momento vivía en el lado oscuro.
Los últimos tiempos han puesto a prueba la adaptabilidad de las organizaciones. Actualmente debemos enfrentarnos a factores que pueden convertirse en una bomba de relojería para el sector:
Situación Post-Covid: la pandemia ha generado un alto nivel de incertidumbre sobre cómo se comportará el mercado en un momento crítico como el que vivimos. Debemos hacer frente a picos de demanda sin un referente comparable por la situación derivada de la pandemia.
Dependencia del mercado asiático: el problema derivado de la escasez de suministros afecta directamente al mercado logístico. Esto implica que no se pueden acometer las necesidades de los periodos picos de demanda igual que en situaciones normalizadas.
Falta de transportistas: la situación que se está generando en países vecinos como Reino Unido nos hace plantearnos si es posible que se de en España también.
Incremento del precio de los combustibles: los altos precios de la gasolina y el diesel hace que el transporte cada vez sea menos rentable para empresas y distribuidores.
Inestabilidad política: las últimas confrontaciones a nivel mundial están poniendo en un gran aprieto la cadena logística de aprovisionamiento y las reservas de suministros a gran escala.
Sostenibilidad y Distribución Urbana de Mercancías han de ir de la mano
Es necesario encontrar líneas que nos ayuden en la búsqueda de la sostenibilidad. Una sostenibilidad tanto medioambiental como económica que nos permita hacer frente a este escenario de creciente incertidumbre.
La Distribución Urbana de Mercancías (DUM) conforma un servicio público a la ciudadanía siendo hoy en día una actividad básica y fundamental. Son muchos los factores que la rodean y que incrementan la demanda de servicios en el centro de las ciudades. El aumento de población en las grandes urbes o el incremento exponencial de las compras online hacen que se requiera una entrega física en múltiples puntos de las ciudades.
La colaboración, condición sine qua non para el sector
Las administraciones públicas han de ser plenamente conscientes de las necesidades del sector para poder actuar en consecuencia. La puesta a disposición de infraestructuras que faciliten la DUM también es un incentivo a tener en cuenta a la hora de favorecer la colaboración público-privada.
Son muchas las posibles actuaciones que las administraciones podrían llevar a cabo: desde la instalación de pick up points, hasta el establecimiento de plazas de carga y descarga en función a datos y análisis previamente estudiados, pasando por el desarrollo de hubs de acceso público para uso logístico.
Como punto cohesionador, también cabe destacar la gran necesidad de implementar un marco jurídico estable y homogéneo en lo referente a la normativa de carga y descarga y a todo lo referido a la distribución urbana (Zonas de Bajas Emisiones, restricciones de acceso, escenarios de polución…). Una normativa clara y homogénea al respecto para las ciudades hará que tanto operadores como distribuidores puedan llevar a cabo su actividad de forma más eficiente.
Con la colaboración se busca como último fin poner las cosas más fáciles al consumidor, ofreciendo nuevas opciones que además tengan un impacto positivo sobre el medioambiente, sobre el tráfico en las ciudades y en definitiva sobre la eficiencia de todos los procesos logísticos que se llevan a cabo día a día.
El futuro si no es sostenible no es futuro. Que la logística te acompañe.
‘Que la logística te acompañe’
Opinión | Daniel Latorre, director de Desarrollo de CITYlogin.
