Las carrocerías de la última milla

Los responsables de ASCATRAVI analizan la eficiencia de los vehículos comerciales dedicados a realizar este tipo de entregas.

Llegadas estas fechas el comercio se dispara acelerando los ritmos de todos los que estamos en la cadena. Está claro que el comercio electrónico será el que más crezca por su facilidad y por la rapidez a la que nos han acostumbrado a entregar la mercancía durante las compras del resto del año. En cualquier caso se hace difícil pensar que sólo sumando vehículos y repartidores podamos cumplir con garantía estos periodos “transitorios” como los que vivimos.
 
La logística tiene un apasionante reto: la última milla, que se eleva a la máxima potencia en estas fechas. Este término que tanto oímos recientemente no es ajeno a la perspectiva de los fabricantes de segunda fase. Y no vamos a entrar en el tamaño del paquete ni el tipo de vehículo más interesante para realizar la labor, nos vamos a centrar en como la carrocería puede ayudar a que la última milla sea más eficiente.

Un elemento más a tener en cuenta
Las carrocerías son (o deberían ser) un elemento más a tener en cuenta por las empresa de logística. La carrocería es el posible distribuidor del paquete, el que si dispone de las herramientas oportunas, ordena la mercancía para que el repartidor no tenga dudas de que paquete es y donde está.
En la idea de cumplir con el cliente ahora se trabaja mucho con lo que se ha definido como un “punto de conveniencia”, que no deja de ser un comercio (los de toda la vida) donde depositan nuestro envío, y por donde podemos pasar nosotros a retirarlo. Es una manera de fijar rutas, entregas, etc. Pero parece que nos han acostumbrado a entregar la mercancía en casa y podemos hablar del punto de conveniencia como de una fórmula complementaria. Sea como fuere, el operador tiene que llegar a esa última milla.

La inversión en equipamiento y tecnología puede ahorrar costes
Sistemas automáticos comandan los grandes centros de distribución. Un vehículo no deja de ser un pequeño centro logístico en el que las empresas no pueden permitirse el lujo de perder minutos “buscando” un paquete. Tampoco podemos afirmar que el interior de una caja paquetera o una furgoneta vayan a ser automatizados, pero si es posible carrozar vehículos con sistemas que ayuden al control de los paquetes: carga ordenada (que no es poco) y optimizada para la entrega en función de la ruta. De alto nivel sería ver sistemas programados para que dispensen el paquete al repartidor sin tener que abrir las puertas….algo que no es tan impensable.
A día de hoy es complicado invertir en los vehículos y sumar costes de distribución a los que ya tenemos, pero en otros ámbitos industriales se ha demostrado que la inversión en este equipamiento y tecnología ha ahorrado costes, energía y tiempo.
La distribución de la última milla necesita de muchas reflexiones y el fabricante de segunda fase también está presente en ellas. Cargar por detrás, por el lado, por arriba…nos dan pie a carrocerías muy diversas.
Hay mucho terreno por explorar.

Salvador Nuñez Bustos

Secretario Técnico ASCATRAVI
 

ASCATRAVI representa a nivel nacional tanto a los carroceros y transformadores que a día de hoy son fabricantes de segunda fase, como aquellos que reparan, reforman o transforman carrocerías.
Si necesitas una carrocería o transformar tu vehículo, busca quien puede hacerlo en www.ascatravi.org

 

  • Un vehículo no deja de ser un pequeño centro logístico en el que las empresas no pueden permitirse el lujo de perder minutos “buscando” un paquete. Es posible carrozar estos vehículos con sistemas que ayuden al control de la mercancía: carga ordenada (que no es poco) y optimizada para la entrega en función de la ruta.
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  • La distribución de la última milla necesita de muchas reflexiones y el fabricante de segunda fase también está presente en ellas. Cargar por detrás, por el lado, por arriba…nos dan pie a carrocerías muy diversas.
     
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