Según ha explicado la DGT, cuando un conductor sea detectado cometiendo una infracción de exceso de velocidad, será parado e identificado. Los agentes de la Agrupación de Tráfico también le realizarán, si lo consideran necesario, las pruebas de detección de alcohol y drogas, así como una revisión de la documentación, para comprobar que tanto el permiso para conducir, ITV y seguro del vehículo se encuentran en regla, además de comprobar que el estado general de mantenimiento del vehículo es el correcto para la circulación.
En este Plan Integral de Vigilancia participan las 1.800 patrullas de agentes y también los 12 helicópteros de que dispone la DGT. El plan contempla la realización de controles de velocidad con radares móviles que recorrerán, de forma intensiva, este tipo de vías en las que se producen el 80 por ciento de los accidentes mortales.
En la primera edición se tramitaron 104.561 denuncias y 62.457 conductores fueron denunciados por exceso de velocidad. Además, 1.284 conductores fueron también denunciados por la comisión de otra infracción. Durante esta campaña se vigilará la velocidad, el alcohol y drogas por ser los comportamientos de mayor riesgo tanto por separado como combinados.
La DGT vuelve a poner el foco en las carreteras secundarias
Desde ayer está en marcha una nueva edición Plan Integral de Vigilancia en carreteras convencionales, que tiene como objetivo de reducir la siniestralidad en este tipo de vías.
