El pasado 4 de diciembre el Consejo Superior de Tráfico aprobó el Plan Nacional de Seguridad Vial 2004, con la firme oposición de la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE). José Miguel Báez Calvo, presidente de esta Agrupación, celebró una rueda de prensa para expresar su postura, acompañado por José Manuel López Marín, vicepresidente Nacional y Presidente de la Confederación Canaria, Julio Llamas, vicepresidente Nacional y presidente de la Federación Andaluza, y Virgilio Ribadulla, director de la revista Autoescuelas.
CNAE quiere dejar claro que ninguna intención de índole política ha llevado a los responsables de la Confederación a negar su visto bueno al citado Plan y que en todo momento la Confederación sólo ha pretendido defender la seguridad en la circulación por las carreteras españolas y la del sector de las Escuelas de Conductores. A juicio de los responsables de CNAE, el citado Plan de Seguridad Vial compromete de modo grave a la primera y perjudica sensiblemente a la segunda.
En este sentido, señaló que el actual sistema que rige el canje de permisos de conducir a los ciudadanos de terceros países residentes en España está propiciando en muchos casos un auténtico efecto “coladero”, con una preparación muy por debajo del nivel exigido por la UE. Además, se denunció que la escasez de examinadores en la mayoría de las plantillas de las Jefaturas Provinciales de Tráfico está produciendo verdaderos “cuellos de botella”, que repercuten negativamente en la actividad de las escuelas. En otro orden de cosas, de ponerse en práctica la licencia de prácticas o aprendizaje, que facultará a los jóvenes de 17 años que quieran obtener el carné para conducir acompañados de un adulto, luego de un ciclo formativo en la autoescuela, CNAE no puede ver sino con preocupación que se permita salir al volante de un coche a adolescentes cuyo bagaje formativo pudiera no rebasar las 10 ó 15 clases prácticas. La Confederación sería partidaria, en cambio, de que el aspirante volviese a la autoescuela para comprobar hasta qué punto está preparado para presentarse a las pruebas y, en su caso, corregir los vicios que pudiese haber contraído.