El proyecto Freilot, impulsado por el consorcio del mismo nombre bajo los auspicios de la Comisión Europea, establece soluciones urgentes para mejorar la eficiencia del transporte dentro de las ciudades, reducir los retrasos y los costes derivados de los atascos de tráfico y reducir el consumo de combustible y las emisiones de CO2.
Estos objetivos dependen no sólo de factores técnicos, sino de otros como el rendimiento de los vehículos y su peso, así como el de la carga que transportan, el comportamiento de los conductores, la geografía urbana, la red de carreteras o el control del tráfico.
Paralelamente, el aumento del precio del combustible, los efectos derivados del cambio climático y la creciente sensibilización pública han provocado el incremento del interés en la eficiencia energética en todos los aspectos de la vida. En lo que al transporte se refiere, la Comisión Europea lo ha identificado como uno de los sectores en los que se podrá conseguir un mayor ahorro energético.
Bilbao se ha convertido en una de las cuatro ciudades europeas en las que se realizarán las pruebas preliminares para el desarrollo de los sistemas de mejora, junto con Lyon (Francia), Helmond (Holanda) y Cracovia (Polonia). Tras las pruebas, el proyecto, con un presupuesto de cuatro millones de euros (financiados al 50% por la Unión Europea), será utilizado como modelo para su aplicación en otras ciudades.
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