Tras un largo puente, como el que acabamos que ha tenido lugar en los primeros días del mes presente, parece que la concienciación con respecto a los accidentes de tráfico aumenta. La Fundación Mapfre recuerda que casi 500 personas pierden la vida “in itinere”, durante el trayecto de su casa al trabajo o viceversa, un tipo de accidente que por su cotidianidad no parece llamar la atención de empresas, administraciones e incluso los propios trabajadores. A todos estos accidentes habría que añadir los que se sufren durante la jornada laboral (“en misión”) y los que sufren los conductores autónomos, que no se computan como accidentes laborales por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.
El exceso de confianza ante un trayecto que se repite día a día provoca un relajamiento de la atención, a pesar de los muchos elementos potencialmente generadores de situaciones conflictivas, como cruces, incorporaciones, carriles de aceleración o deceleración, en contraste con la concienciación que nos imponemos cuando, por ejemplo, realizamos un viaje de vacaciones. Además, otros factores, que generalmente se asocian a accidentes en fines de semana, como el alcohol, drogas, medicamentos y, en muchos, casos la falta de descanso, traen consecuencias desastrosas al volante día a día.
Un momento crítico con respecto a este tipo de accidente se registra en las horas de salida del trabajo, el cansancio acumulado, el estrés, la insatisfacción en el trabajo y todo tipo de conflictos laborales se reflejan en la conducción, que sumada a factores externos como falta de luminosidad, lluvia, etc. hacen del tramo comprendido entre las 18:00 y las 21:00 horas el de mayor índice de siniestralidad diaria.