Su finalidad es prevenir y concienciar a la población sobre los riesgos que conlleva conducir bajo estados de una alteración psicológica como el estrés, que en muchas ocasiones aparece asociado a la fatiga, la agresividad al volante, la distracción el consumo de alcohol o el uso del teléfono móvil, entre otros.
La campaña se hace eco de una inquietud muy presente entre los expertos en Seguridad Vial, que han comprobado que multitud de accidentes de tráfico, diversas conductas arriesgadas y un elevado número de comportamientos inadecuados al volante están causados -de manera directa o indirecta- por los efectos que genera el estrés sobre los conductores.
La Universitat de Valencia alertaba recientemente de que los acontecimientos vitales estresantes duplican la posibilidad de sufrir un accidente de tráfico y se calcula que entre un 15-20% de los siniestros que se producen en nuestro país están relacionados con este fenómeno. En España, este tipo de alternaciones psicológicas de las personas es muy alta.