Estos nuevos catalizadores metálicos ofrecen unas ventajas y características únicas frente a los clásicos catalizadores cerámicos, entre las que destaca una mayor resistencia frente a los golpes; como el monolito es metálico y está soldado a la propia carcasa del catalizador, no puede sufrir daños por transporte, ni por instalación, ni por manipulación. Esto provoca, entre otras cosas, una mayor seguridad para el taller, ya que el mecánico tiene la tranquilidad de que el catalizador no ha podido sufrir ningún daño cuando el vehículo sale por la puerta del taller.
Su diseño es en forma de cuña, lo que facilita el paso del humo y por lo tanto disminuye la presión en el escape, es decir, reduce el efecto ?tapón? que provoca un catalizador cerámico convencional.
Otra característica importante consiste en la mejora en las prestaciones; los MMS reducen el consumo (o, lo que es lo mismo, aumentan la potencia) del vehículo, pues el motor necesita hacer menos trabajo para expulsar el humo por el escape. Además, al formar todo un bloque soldado y carecer de manta térmica como los cerámicos, nunca puede soltarse el monolito de la carcasa, incrementando de esta manera la seguridad a bordo. A esto hay que sumarle que frente a un problema de combustión en el vehículo, este monolito no se funde.
