El nuevo reglamento que actualizará los límites actuales para las emisiones de escape (como óxidos de nitrógeno, partículas, monóxido de carbono y amoníaco), e introducirá nuevas medidas para reducir las emisiones de neumáticos y frenos y aumentar la durabilidad de las baterías.
Si todo evoluciona según lo previsto, la Euro 7 no se aplicará antes de 2027 para coches y furgonetas, y como pronto en 2029 para autobuses y camiones.
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A partir de ahora se abre la fase de negociación con la Comisión y el Consejo, formado por los Estados miembros. El objetivo es aprobar la nueva norma durante la Presidencia española del Consejo de la UE, antes de final de año, o que al menos quede prácticamente ultimada.
Los fabricantes piden equilibrio entre las preocupaciones medioambientales y la competitividad industrial
La patronal europea de fabricantes de vehículos (ACEA) reconoce que el Parlamento Europeo ha votado a favor de un "enfoque más realista", pero insisten en que “todavía tiene un precio elevado”. "Se produce en un contexto geopolítico y económico extraordinariamente desafiante, marcado por el aumento vertiginoso de los precios de la energía, la escasez de la cadena de suministro, las presiones inflacionarias y una demanda rezagada de los consumidores. Europa necesita una Euro 7 proporcionada que equilibre las preocupaciones medioambientales y la competitividad industrial”, ha apuntado Sigrid de Vries, directora general de ACEA.