La Generalitat de Cataluña restringió la circulación de camiones en septiembre de 2018 en las provincias de Tarragona, Lleida y Barcelona, mediante la prohibición de su circulación por las carreteras nacionales N-340 y N-232, y obligándoles en consecuencia a circular por las autopistas de peaje AP-7 y AP-2, sumándose a la prohibición en la provincia de Girona que fue aprobada en 2013.
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Desde hoy, el Servicio Catalán de Transito ha ampliado el tramo de N-240 en la provincia de Lleida sujeto a la prohibición de circulación de camiones de 4 o más ejes, de tal modo que la prohibición abarcará desde el PK 87,4, en Lleida, al PK 36,5, en Montblanc, por lo que en la práctica desde la salida Variante Sur de la ciudad de Lleida (salida 5) los camiones deberán coger la autopista AP-2 si se desplazan en dirección Cataluña, y no desde Borges Blanques como estaba establecido anteriormente. No obstante, quedarán exceptuados de dicha restricción los transportes cuyo origen o destino de la mercancía estén situados en municipios incluidos en el tramo de carretera restringido.
FENADISMER considera “desproporcionada y carente de toda lógica” esta ampliación del tramo restringido de la carretera nacional por la que los camiones podrán circular, ya que el levantamiento de los peajes ocasionará un trasvase importante de vehículos particulares a la autopista, como se ha demostrado en las otras autopistas que han quedado liberadas en los años anteriores. “Carece de sentido prohibir que los camiones puedan seguir circulando por las carreteras nacionales si éstas quedan sin apenas tráfico, teniendo además en cuenta que para los camiones tiene limitada técnicamente la velocidad máxima, lo que puede ralentizar la velocidad del resto de vehículos en las autopistas, más aún si se prevé un importante aumento de su utilización al eliminarse los peajes”, exponen desde la Federación.