[Especial Transporte Frigorífico]
¿Cómo arrancó la campaña para el transporte frigorífico?
La campaña de transporte frigorífico internacional arrancó algo mejor que el año pasado, no solo por las toneladas transportadas, apreciándose un ligero incremento sobre el año anterior, si no por el incremento del número de operaciones que, hasta el inicio de la crisis sanitaria, estaba resultando significativamente mayor.
¿Qué ha supuesto para esta especialidad la crisis causada por la propagación del coronavirus? ¿Cuáles son los principales problemas afronta en estos momentos?
Ha supuesto un varapalo importante, aunque nada que ver con otros subsectores de transporte. La situación ha ido evolucionando a peor a medida que ha ido transcurriendo el tiempo. Al inicio de la crisis no nos sentimos especialmente afectados, pero, a medida que se ha ido paralizando el comercio y la industria, nuestro principal problema han sido los viajes de retorno, hasta prácticamente vernos obligados a realizar éstos en vacío por falta de mercancías. En algunos casos, sobre todo al principio, los clientes eran conscientes de ello y compensaban al transportista con algo más de precio, pero esta situación no se ha podido mantener por mucho tiempo, ya que el volumen de las exportaciones de productos hortofrutícolas también ha disminuido debido, fundamentalmente, al cierre de restaurantes y hoteles que son grandes demandantes de estos productos. Los daños se han podido paliar en algo gracias a la reducción del precio del gasóleo.
¿Qué esperan que evolucione la campaña? ¿Qué retos deberán afrontar las empresas de transporte frigorífico a medio/largo plazo?
En estos momentos, hay producto, pero la demanda ha caído y cuando podamos superar la situación y se levante el estado de alarma, estaremos prácticamente en el verano y la campaña la habremos dado por terminada; así que las perspectivas no son demasiado buenas.
El principal problema al que se enfrenta el transporte frigorífico es que la demanda se va concentrando cada vez más y ya son unos pocos grupos de cadenas de distribución los que gestionan las compras y el transporte, mientras que el sector sigue estando muy atomizado con una feroz competencia, siendo muy débil su posición frente al cargador, lo que le perjudica enormemente a la hora de negociar las condiciones del transporte.
¿Qué medias debería activar el Gobierno para apoyar al transporte por carretera en esta coyuntura?
El Gobierno debería diseñar, con carácter de urgencia, un plan de medidas en el ámbito financiero, laboral y tributario que permitieran a las empresas superar esta difícil situación. No se deben reducir las medidas al aplazamiento de impuestos o permisos retribuidos, estas medidas no sirven para nada. El trabajo que no se ha hecho no se va a recuperar y las pérdidas contabilizadas, no se van a poder compensar.
Los transportistas han realizado una labor ‘heroica’ durante estas semanas, ¿considera que este papel puede suponer un punto de inflexión para que el transporte reciba el reconocimiento que merece? ¿Habrá alguna ‘recompensa’ o cree que todo seguirá igual?
Puede ser que para la opinión pública los transportistas sean considerados unos héroes en esto momentos, pero nuestros clientes, salvo excepciones, no han respondido a ninguna de nuestras demandas, como por ejemplo dejar de cargar o descargar las mercancías transportadas por nuestros conductores, cuestión que ha sido recomendada incluso por la Comisión Europea. En este sentido soy pesimista y creo que las cosas seguirán igual, a no ser que desde el Gobierno se adopten las medidas que llevamos reclamando hace mucho tiempo.
