El máximo responsable de la Asociación Española de Empresarios de Transporte Bajo Temperatura Dirigida analiza la situación de esta especialidad que juega un papel clave en la crisis de causada por la propagación del Covid-19.
[Especial Transporte Frigorífico]
¿Cómo arrancó la campaña para el transporte frigorífico?
Hace años que las campañas no son lo que fueron. Ya no hay grandes curvas de demanda. Nosotros también tenemos un “aplanamiento de la curva”. Aunque no se ha llegado a desestacionalizar el sector, que sería la consecuencia esperable y deseable de todo aplanamiento.
Este año, además, tenemos que sumar las desgraciadas consecuencias para nuestro sector de las DANAs y borrascas que ha sufrido nuestro campo. El agricultor, con mucho esfuerzo, no hay que negarlo, ha conquistado algún beneficio. Por ejemplo, los seguros agrarios combinados, que compensan en cierta medida la pérdida de las cosechas, pero a los transportistas que estábamos esperando esas frutas y verduras para transportarlas, ¿quién nos compensa por la pérdida del trabajo?. Nos merecemos las mismas medidas de garantía para paliar nuestra sangría. Quizá debamos tomar nota de las acciones de los agricultores y ganaderos.
¿Qué ha supuesto para esta especialidad la crisis causada por la propagación del coronavirus?
A nuestro sector frigorífico, la crisis sanitaria le ha afectado de manera distinta a otros subsectores del transporte. Nosotros, aunque hayamos disminuido y mucho nuestra facturación, no hemos “hibernado”, como pueden haberlo hecho otros, porque la gente no ha dejado de comer. Hay menos consumo, pero el consumo doméstico sí se mantiene. Aunque esto no es siempre una bendición. Las consecuencias que sufrimos, junto con la disminución de envíos, son las de la descompensación de tránsitos. Los retornos se resienten y se ocasiona una pérdida de rentabilidad, que a menudo significa que trabajemos a pérdidas, con lo que no hibernar se convierte, con frecuencia, en una solución peor que la hibernación. No se puede pagar por trabajar, y eso es lo que nos está ocurriendo.
A ello le hemos de sumar las consecuencias negativas generales de la crisis (falta de servicios para conductores, proliferación de requisitos administrativos, desorden normativo en Europa, etc.). Ante esta situación sufriremos muchas bajas. Muchas empresas no van a levantar cabeza tras esta crisis. Pero hemos de estar ahí porque nuestra sociedad lo demanda y ahí estamos.
¿Cómo esperan que evolucione la campaña?
No esperamos mucho ya de la evolución de la campaña. Suponiendo que salgamos pronto de esta situación, como todos esperamos, la previsión es que entremos en una recesión económica con, tal y como algunos auguran, una pérdida del 8% del PIB. Ello comportará, cuanto menos, una prolongación de la situación que describíamos antes de descenso en los servicios y descompensación de tránsitos, si no otras peores. Y ello suponiendo que salgamos pronto de esta situación de crisis sanitaria.
¿Qué retos deberán abordar las empresas de transporte frigorífico a medio/largo plazo?
El principal reto que deben afrontar las empresas a nivel individual es el de la dimensión. No se puede mantener la actual dimensión de las empresas en España, donde los más grandes cuentan con escasos centenares de vehículos. Las empresas con más de un millar de vehículos suelen ser foráneas, tengan su centro de negocios aquí o no. Debemos tender a un dimensionamiento de nuestras empresas acorde con Europa, sin perder el bagaje de nuestras pequeñas y medianas empresas. Existen soluciones jurídicas para ello, aunque no vamos a proponerlas nosotros. Una dimensión adecuada solucionaría muchísimos de los problemas que atenazan a las empresas (falta de capacidad negociadora con clientes y proveedores, costos elevados de los insumos, escasa repercusión política y social…)
A nivel colectivo, el principal reto del transporte frigorífico es la consecución de unas mismas reglas del juego para todos: el convenio único estatal para el transporte frigorífico. Nuestro sector es profundamente homogéneo internamente y profundamente heterogéneo respecto a otros subsectores del transporte.
¿Qué medidas debería activar el Gobierno para apoyar al transporte por carretera en esta coyuntura?
No estaría mal que el Gobierno encontrara algún mecanismo para paliar las pérdidas de la disminución de la actividad y la descompensación de tránsitos de la que hablábamos, pero lo que no debería demorarse más, porque son reivindicaciones que urgían antes de la crisis del COVID19, son los doce puntos que le fueron planteados por el Comité Nacional de Transporte el año pasado, propuestos a instancias de ATFRIE y consensuados con el resto de organizaciones del Comité.
Los transportistas han realizado una labor ‘heroica’ durante estas semanas, ¿considera que este papel puede suponer un punto de inflexión para que el transporte reciba el reconocimiento que merece?
Nosotros nos hemos limitado a cumplir con nuestro deber. No lo hemos hecho ahora, lo hemos hecho siempre. El punto de inflexión debe encontrarse no en la consideración de nuestras heroicidades, sino en la comprensión diaria de la importancia de lo que se queda detrás de los “escaparates”. Solo cuando sepamos ir más allá de lo inmediato reconoceremos que todos, hasta los de los camiones, merecemos reconocimiento.
¿El ministerio de Transportes se planteará dar respuesta a algunas de esas demandas históricas del sector (carga/descarga…) o cree que todo seguirá igual?
Nosotros esperamos una de estas dos cosas: o que el ministerio de transportes dé respuesta, no a alguna, sino a todas las demandas históricas, o que el sector en su conjunto sepa darle la respuesta proporcionada a esa falta de respuesta.
Posiblemente la mejor noticia del año para ATFRIE ha sido la sentencia de la Audiencia Nacional, ¿cómo se queda el cuerpo después un proceso tan largo? ¿Qué supondrá esta sentencia?
Todavía no podemos celebrarlo plenamente, ya que no ha vencido el plazo para que la CNMC pueda impugnar la Sentencia. No obstante, el primer paso ya está dado. Esperemos cerrar el capítulo dentro de poco y poder cantar definitivamente victoria.
Desgraciadamente, tras tantos años de lucha, siempre te quedan cicatrices, y el sinsabor de haber tenido que batallar contra un monstruo justiciero, siendo inocentes, como ha quedado acreditado, por la malevolencia de algún desalmado. Sin embargo, todo lo que no te mata te hace más fuerte.
