Astic destaca que España fue uno de los primeros países europeos que estableció la obligatoriedad del tacógrafo digital, cinco meses antes de que entrara en vigor con arreglo al Reglamento 561/2006. El Ministerio de fomento incluso advirtió a los transportistas de otros países que esta norma debía aplicarse también a los vehículos extranjeros, aunque en sus países de origen no fuera todavía obligatoria, y les amenazó con importantes sanciones. Todo ello basado en la pretensión de que nuestro país era uno de los que antes y más eficazmente había podido prepararse para la implantación obligatoria de este nuevo equipamiento.
Astic denuncia que, once meses después de que se estableciera esta obligatoriedad en España, el funcionamiento del sistema en nuestro país, en particular en lo que atañe a la expedición de las tarjetas de conductor, está siendo totalmente desastroso.